Los hombres que toman en bebidas y
comidas más azúcar de lo recomendando al día tiene un 23% más de
probabilidad de desarrollar trastornos mentales.
A todos se nos pone
una sonrisilla en la cara cuando pensamos en llevarnos a la boca ese dulce que
tanto nos gusta, ya sea un pedazo de tarta, un helado de chocolate o una
napolitana rellena de crema. Sin embargo, consentirnos más de la cuenta ese
capricho puede provocar que, a largo plazo, esa sonrisa
acabe torciéndose y torne en llanto.
Al menos, eso es lo que
afirma un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, que apunta que los hombres que consumen altos niveles
de azúcares a través de dulces o bebidas azucaradas tiene más posibilidades de
desarrollar trastornos mentales tan comunes como la
depresión o la ansiedad.
El consumo excesivo de azúcar se ha relacionado tradicionalmente
con otra serie de problemas tales como la diabetes o la obesidad. De
hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda reducir su consumo por debajo del 5% de la energía total que
ingerimos a diario (unos 25 gramos). Ahora, un equipo del Instituto de
Epidemiología y Salud del University College de Londres,
sostiene que el azúcar es el responsable de la depresión y ansiedad que
desarrollan algunos varones.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores
estudiaron los datos de más de 8.000 sujetos (unos 5.000 hombres y alrededor de 2.000
mujeres) del Reino Unido que respondieron de forma
periódica a cuestionarios sobre su estilo de vida y salud desde 1983 hasta
2013. Los participantes también fueron sometidos a encuestas de salud mental y
a revisiones médicas en las que se controló su peso y altura.
Los resultados son claros:
los hombres que consumen altos niveles de azúcar (esto es: más de 67 gramos a
diario) tienen un 23% más de posibilidades de desarrollar trastornos mentales
cinco años más tarde que los que consumen menos de 40 gramos. Para ponerlo en
perspectiva, un refresco de cola de 500 cl, si no es light, ya contiene 53
gramos de azúcar; una bebida energética, 60.