martes, 21 de junio de 2016

Guía para terminar con éxito una comida trampa o “cheatmeal”




  1. Evitar dietas demasiado restrictivas. Cuando se reducen drásticamente las calorías y se prohíben demasiados alimentos, la persona acaba sintiendo ansiedad por comerlos. "Al final el hambre siempre acaba ganando. Es una batalla perdida".
  2. No hacer el 'cheatmeal' en un día en el que se haya soportado una gran cantidad de estrés. Al igual que ocurría en el punto anterior, esta ansiedad puede trasladarse a la comida, concluyendo en un atracón.
  3. Mejor si no se ha trasnochado. Hay estudios que relacionan la falta de descanso con el aumento de apetito y la predilección por la comida basura.
  4. Comenzar la comida con una ensalada. "Elegir verdura o ensalada de entrante es una manera eficaz de saciarnos y comer menos en el siguiente plato, que seguramente sea mucho menos saludable".
  5. Ser cuidadoso durante el resto de las comidas. Saltarse la dieta solo tiene sentido cuando el resto del tiempo se ha cumplido con ella. Si no, es imposible que ninguna de las dos herramientas funcionen.
  6. Haber entrenado ese día, e incluso el siguiente. Así no solo se aprovecha ese exceso calórico para la recuperación de los músculos, sino que además se puede utilizar para rendir más al día siguiente.
  7. Es solo una comida, no un día entero. "Muchas personas piensan que al haber hecho un 'cheatmeal' ya no sirve de nada cuidar la dieta ese día, y están muy equivocados. Las calorías se van sumando, y lo que era un desliz sin importancia puede alargarse estropeándolo todo de forma alarmante. Una comida sin moderación es una cosa, pero un día entero de excesos tiene consecuencias".

miércoles, 15 de junio de 2016

COMA DULCES POR LA MAÑANA

Científicos españoles y estadounidenses han identificado por primera vez la existencia de un "reloj" celular en los tejidos adiposos que afecta directamente a la tolerancia a la glucosa, y refuerza la tesis de que no se deben comer dulces por la noche porque es cuando el cuerpo tiene la mínima sensibilidad a la insulina. Esta investigación, que acaba de publicar la revista FASEB (acrónimo en inglés de 'Sociedades Americanas de Biología Experimental'), la han dirigido la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y profesora visitante en Harvard Marta Garaulet, y el director de la división de Medicina del Sueño de esa universidad americana, Frank Scheer, en colaboración con investigadores de Granada y Barcelona.

Según se ha constatado en el estudio, el "reloj" encontrado en el tejido graso funciona, además, mucho mejor en las personas que se acuestan temprano y duermen más horas que en aquellas con déficit de sueño u horarios irregulares. "Este reloj celular puede contribuir al ritmo diario de la tolerancia a la glucosa", ha dicho a EFE Marta Garaulet, miembro de la Sociedad Española de Nutrición y que ha recibido esta semana el premio nacional de la Real Academia de Gastronomía a la personalidad más destacada del año.
"Nuestro estudio demuestra que el tejido adiposo subcutáneo tiene un reloj interno que es capaz de regular la sensibilidad a la insulina incluso estando in vitro, fuera del cuerpo", ha informado, por su parte, el estudioso norteamericano, que añade que ese ritmo "se adapta muy bien a lo observado en los seres humanos en general cuando examinamos cómo hacen frente a una comida o a una carga de azúcar".
Para llevar a cabo esta investigación, los distintos equipos científicos de las cuatro universidades trabajaron durante todo un año en el análisis y observación de muestras de grasa subcutánea y grasa visceral extraídas de 18 personas que se sometieron a cirugía de "bypass" gástrico en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Con esa veintena de muestras, pertenecientes a perfiles personales bien distintos entre sí, la investigadora Mari Paz Carrasco, también de la universidad murciana, y miembros de su grupo crearon más de un millar de explantes o cultivos de tejido adiposo que les sirvieron para identificar los cambios que se iban experimentando en el funcionamiento de la hormona de la insulina en función de la hora analizada.

Marta Garaulet, una de las impulsoras de la cronobiología y su relación con la obesidad en España, ha resaltado que este trabajo explica por qué se toleran peor los azúcares por la noche, lo que "puede llevarnos a picos de insulina que a la larga nos harán engordar" porque "favorecen la entrada de grasa al tejido adiposo". Según la catedrática, tomar dulces por la noche podría aumentar el riesgo de padecer diabetes y obesidad, aunque ese problema podría mermarse con un número suficiente de horas de sueño al día (al menos siete en adultos) y acostándose temprano porque son dos factores que "ayudan a mejorar el funcionamiento del tejido adiposo".

martes, 7 de junio de 2016

MITOS SOBRE LOS ALIMENTOS

MITOS SOBRE LOS ALIMENTOS

Ya que la alimentación constituye un hecho tanto biológico como cultural, las creencias y opiniones se han extendido en nuestra sociedad, bien transmitiéndose por el boca a boca a través de generaciones, o bien por el tipo de publicidad a la que estamos sometidos.
Sin embargo en la actualidad, y gracias a la base científica de la que disponemos, es posible desmontar esas creencias, a veces muy arraigadas, recurriendo a las opiniones y consejos de verdaderos profesionales de la nutrición y la salud.

Hay alimentos buenos y malos

FALSO: No hay ningún alimento perfecto y completo, ni tampoco hay un alimento perjudicial. El conjunto y la variedad son los que determinan que exista una dieta sana y equilibrada. Lo correcto es establecer las proporciones concretas en el consumo de alimentos que permiten conseguir un peso adecuado, pero garantizando el mantenimiento de una buena situación nutricional.

El agua engorda durante las comidas

FALSO: El agua es un nutriente acalórico, es decir que no aporta calorías. Por tanto no engorda ni adelgaza si se toma antes, durante o después de las comidas. Además, el agua es una fuente importante de minerales y electrolitos y un elemento vital para mantenernos correctamente hidratados.

Hay alimentos que adelgazan

FALSO: Todo alimento aporta calorías, el principal condicionante es la ingesta de las misma. Por tanto lo determinante es la dieta total, no hay un alimento concreto, ningún alimento hacer perder un gramo. Hay que encontrar el equilibrio entre la ingesta y el gasto energético.

La fruta después de la comida engorda

FALSO: La fruta tiene las mismas calorías, no engorda porque se tome en un determinado orden, sino porque la cantidad de calorías ingeridas supere las necesidades del individuo. Lo que sí es cierto es que la fruta tiene un alto contenido en fibra, lo que provoca una sensación de saciedad. En determinadas dietas de adelgazamiento lo aconsejan porque se tiene menos apetito en los platos siguientes. Una dieta equilibrada debe incluir el consumo de al menos tres piezas al día de fruta, ya que son una fuente importante de vitaminas y minerales.

El pan engorda... y la miga más

FALSO: El pan no es un alimento de elevado valor calórico y además es pobre en grasa. Es rico en hidratos de carbono, nutriente que constituye la base de la dieta mediterránea. Otra falsa leyenda que acompaña al consumo de pan, es aquella que afirma que la miga engorda mucho. Es incorrecto, ambas son el mismo producto, lo que ocurre es que la corteza por acción del horneado se deshidrata mientras que la parte interior (la miga) conserva mayor cantidad de agua, de ahí su aspecto esponjoso.

Los alimentos light adelgazan

FALSO: Los alimentos light son aquellos a los que se les ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos, pero eso no significa que sirvan para adelgazar. En todo caso, que engordan menos, por así decirlo, que el mismo alimento no light.

Saltarse una comida adelgaza

FALSO: Es un mal hábito. Los especialistas recomiendan realizar cinco comidas al día, de esta manera controlamos nuestro sistema hambre-saciedad, ya que al repartir la ingesta en varias tomas al día no llegamos a la siguiente comida con un hambre excesivo que nos haría comer de más.

Mi metabolismo es muy bajo y por eso engordo

FALSO: Las calorías que necesita una persona sana van en función de la edad, peso y talla, lo que se denomina metabolismo basal; por eso cuanto mayor sea su peso mayor será su metabolismo. Es la masa muscular la que se encarga de quemar calorías, por ello se recomienda realizar ejercicio físico.