Estas son las cuatro
medidas:
1. La de su cintura
La zona del vientre es
el lugar donde más se acumula la grasa. En concreto la visceral, el tipo más
peligroso, porque rodea los órganos del abdomen lo que puede favorecer la
aparición de enfermedades cardiovasculares. La medición de la cintura es un
“muy buen criterio para determinar la cantidad de grasa visceral que tiene una
persona”. Pero, ¿cómo lo hacemos?
Es muy sencillo:
colocar la cinta métrica alrededor de la cintura, justo por encima de los
huesos de la cadera, en torno al ombligo. Lo que mida el diámetro será lo que
determine el riesgo de padecer obesidad, con independencia de su distribución
en el cuerpo. “Se considera perteneciente al grupo de riesgo a los varones cuya
circunferencia de cintura supere los 102 centímetros de diámetro y las mujeres
que superen los 88 centímetros”
2. La de
su pulso cardiaco
A pesar de que el pulso cardiaco depende de cada persona
y de factores como la edad, el género o la composición corporal, la frecuencia
cardiaca indica su estilo de vida. Mantenerse en la franja de normalidad (entre
60 y 100 latidos por minuto) es un indicador de salud. Para encontrar el pulso,
ponga dos dedos por encima de su muñeca o en el cuello.
3. La de
su grasa corporal
El porcentaje de grasa corporal es la cantidad de esta
sustancia que se tiene con respecto al peso total. Los expertos coinciden en
que es un indicador mucho más acertado que el IMC para determinar el sobrepeso.
Se mide con un aparato que utiliza las fórmulas matemáticas desarrolladas por Hodgon y Beckett para evaluar las variables de grasa,
masa muscular y masa grasa de una persona y calcular así el porcentaje total de
la grasa corporal.
4. La de
su tasa metabólica basal
Este indicador revela la
cantidad mínima de energía que requiere el organismo para mantenerse vivo en
condiciones de reposo y a temperatura ambiente. La tasa metabólica basal tiene
en cuenta la altura, el peso, sexo, nivel de actividad y edad, y se mide con un
aparato de calorimetría indirecta, un instrumento que evalúa cuál es el consumo
de calorías de una persona cuando no realiza ninguna actividad. "Un gasto
energético mayor implica una menor tendencia a engordar, puesto que el cuerpo
tiene la capacidad de eliminar calorías sin un gran esfuerzo". Este
indicador se utiliza para establecer dietas y rutinas de entrenamiento que
dependan de la tasa metabólica de cada persona.