martes, 11 de octubre de 2016

¿ESTAS ENGORDANDO O SIMPLEMENTE MÁS HINCHADA?

 El aumento de peso no sucede de la noche a la mañana, pero a veces parece que sí. Un día podrías ponerte tus pantalones favoritos y descubrir que simplemente ya no te quedan. ¿Estás subiendo de peso, o sólo estás inflamada? Aunque estés deseando por la última, hay un pequeño cuestionario que podría resolver todas tus dudas.


¿Mi estilo de vida ha cambiado? Antes que nada, deberías reflexionar si el aumento de peso es siquiera una posibilidad. ¿Han cambiado tus patrones de alimentación? ¿Ejercicio? ¿Niveles de estrés? Incluso los cambios más pequeños (como dormir una hora menos) pueden afectar tu peso.
¿Cómo me veo en la mañana? Cuando te despiertes, vete en un espejo. No con una actitud criticona, sino con una perspectiva de ver cómo está funcionando tu cuerpo. Lo que pasa es que, al despertar, nuestra comida ya no está en nuestro estómago, sino en los intestinos, así que es casi imposible sentirse inflamada. Si te ves en el espejo, y aún así te ves más “llenita” que la noche anterior, seguramente estás inflamada.
¿Cómo me veo antes de comer? La inflamación suele suceder después de las comidas y cambios durante el día. Así que, si te sientes muy llena e inflamada después de comer, seguro esa sensación desaparecerá poco a poco.
¿Ya mero se acerca mi menstruación? Ah, por supuesto, tu menstruación puede ser la culpable. Durante tu ciclo menstrual, suceden muchos cambios hormonales, especialmente de estrógeno y progesterona, los cuales pueden provocar retención de líquidos. Y eso desaparecerá poco a poco también.
¿Dónde está el peso? Cuando subes de peso, raramente se concentra en un área. Se expande en el estómago, muslos, pompas, brazos, rostro, etc. Aunque lo notarás primero en una zona en específico, la inflamación sólo sucede en el abdomen.
¿Cuándo fue la última vez que fui al baño? Si no has evacuado, tu cuerpo se sentirá más pesado. Y también puede expandir tu estómago… aunque no lo creas. ¿Estreñida? No te preocupes, no estás subiendo de peso, tal vez sólo estés inflamada.

¿De qué color es mi orina? Tu orina debería ser de un color “limonada” claro. No necesita ser blanco ni muy amarillo. Si está casi naranja, estás deshidratada, lo cual podría indicar inflamación. Y si tu orina es muy clara, casi transparente, es porque estás tomando mucha agua.

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