Con tomate, al pesto, a
la carbonara,... los amantes de la pasta están de enhorabuena. Al contrario, las personas que comen pasta con moderación -unos 50 gramos de media al
día- tienden a estar más delgadas y en forma que aquellas que limitan su consumo.
El consumo de pasta no está relacionado con un mayor peso corporal sino que al contrario
de lo que se ha pensado siempre, quien come pasta habitualmente tiene un IMC más bajo y menor circunferencia
abdominal, sobre todo si se es mujer.
Pero esto no significa
que la pasta contenga la fórmula mágica para estar delgados. El porqué es mucho
más simple. "Muchas personas evitan comer pasta porque creen que engorda y la sustituyen por otros
alimentos mucho menos saludables como
por ejemplo las carnes rojas".
Mejor si es 'al dente'
Lo importante es saber
qué tipo de pasta y cómo comerla. La cocción es importante. Por ejemplo la
pasta al dente tiene un índice glucémico más bajo que
la pasta más cocida. También los spaghetti tienen un índice
glucémico menor que la pasta 'corta' -fusilini, macarrones, etc.--. Pero lo más
importante es comerla como se hace en la dieta mediterránea acompañada de
tomate, verduras y un poco de aceite de oliva.
Un estudio, publicado
en la revista Nutrition and Diabetes, ha demostrado además que las personas con diabetes que consumen pasta como parte de la dieta
mediterránea tienden a vivir más años. A menudo a los enfermos de diabetes se les prohíbe consumir
carbohidratos, sin embargo, es necesario distinguir entre los distintos tipos
de carbohidratos. "Existen carbohidratos complejos, como los que están presentes en la pasta o los cereales, y simples, que son
los que se encuentran por ejemplo en el azúcar y los dulces. Éstos últimos son los que hay que evitar para tener una alimentación
sana. Sin embargo los carbohidratos complejos de la pasta en el contexto de la
dieta mediterránea, es decir, respetando la variedad de todos los elementos
(frutas, verduras, pescado y carnes blancas), son beneficiosos.
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