¿SON LAS GALLETAS "DIGESTIVE" REALMENTE DIGESTIVAS?
La teoría sobre su acción digestiva ha perdido fuerza, tanto como para que los mismos fabricantes adviertan en
las cajas de distintas marcas que "la palabra 'Digestive' no significa
que la galleta contenga características dietéticas digestivas".
Información que pasa desapercibida. El profesor de
marketing del IESE Business School, Xavier Oliver afirma: "Por lo
general, no confunde al consumidor, la gente no las compra porque sean
digestivas, es ya un nombre genérico. Podría ser que en
algunos casos su nombre influya, pero sería extraño que alguien llegue a
un supermercado y busque galletas para digerir bien". Añade que lo que
sí genera desconcierto es el exceso de información y de legislación.
La
presidenta del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas (CGDN)
Alma Palmau, señala que lo único que aportan las galletas a nuestra
dieta son "grandes cantidades de azúcares y grasas (normalmente
poco saludables), mucha energía en poco volumen, y con bajo aporte de
vitaminas y minerales". Lucía Martínez, dietista, nutricionista añade: "Son un alimento de consumo ocasional o prescindible.
Depende también de los demás extras que cometemos a la semana y del
deporte que practiquemos, pero siempre teniendo en cuenta que no
deberíamos consumir alimentos insanos con frecuencia, dos veces a la
semana como mucho".
La cantidad de sodio de las galletas Digestive es elevada: 0,7 gramos por cada 100; la OMS no recomienda exceder los dos al día.
Los
fabricantes de la UE no están obligados a detallar en el etiquetado el
origen botánico de las grasas vegetales, pero tras ser sometidas a
análisis en laboratorios se puede afirmar que los aceites vegetales con los que se elaboran las galletas 'Digestive' son de girasol alto oleico y palma.
Su contenido en fibra
varía en función del fabricante, las que más contienen rondan los
cuatro o seis gramos por cada seis galletas (470 calorías
aproximadamente).
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